LAS PRESIDENTAS DE PARLAMENTO SE REÚNEN PARA APOYAR UNA ECONOMÍA POST-PANDEMIA QUE SEA TRANSFORMADORA EN CUANTO AL GÉNERO

21 Apr 2022

El 6 de septiembre de 2021, las legisladoras más importantes del mundo se reunieron en Viena para la 13ª Cumbre de Presidentas de Parlamento organizada por la Unión Interparlamentaria, el Parlamento de Austria y las Naciones Unidas. La Cumbre se celebró con motivo de la Quinta Conferencia Mundial de Presidentas de Parlamento. Asistieron 28 presidentas de parlamento, la primera reunión mundial presencial para muchas de las participantes en casi dos años.

El tema de la Cumbre fue La mujer en el centro: de la confrontación con la pandemia a la preservación de los logros en una recuperación con perspectiva de género. Las Presidentas de Parlamento debatieron el papel esencial de las mujeres durante la pandemia, así como el modo en que la recuperación post-pandemia podría suponer un avance en la igualdad de género.

Se celebraron mesas redondas interactivas durante la 13ª Cumbre de Presidentas de Parlamento

La recesión económica provocada por la pandemia se sumó a las desigualdades existentes de muchas maneras. Las mujeres suelen ganar menos y tener empleos menos seguros que los hombres. Con la caída de la actividad económica, las mujeres quedaron especialmente vulnerables a los despidos y a la pérdida de sus medios de subsistencia. Durante el primer mes de la pandemia, los trabajadores informales de todo el mundo perdieron una media del 60% de sus ingresos. Algunos de los sectores más afectados por la pandemia son los sectores en los que predominan las mujeres, como el comercio minorista, la belleza y la hostelería. Las mujeres también tienen menos acceso a la tierra y al capital, lo que les hace más difícil recuperarse y reconstruir sus negocios.

Las mujeres también lideran la primera línea de la respuesta a la pandemia. Constituyen el 70% del personal sanitario y de trabajo social a nivel mundial. Es más probable que sean profesionales sanitarias de primera línea, especialmente enfermeras, matronas y trabajadoras sanitarias de la comunidad. Estas profesionales sacrifican su salud por la seguridad de la sociedad.

Además, la pandemia ha incrementado el trabajo asistencial y doméstico, concentrado de forma desproporcionada en las mujeres. Las mujeres realizan 2,6 veces más trabajo asistencial y doméstico que los hombres. La mayor parte de este trabajo no es remunerado, lo que significa que, aunque la carga de trabajo doméstico de las mujeres aumenta, su empleo remunerado no lo hace.

Participantes en la 13ª Cumbre de Presidentas de Parlamento

Durante la Cumbre, las Presidentas de Parlamento debatieron sobre la necesidad de valorar y redistribuir el trabajo asistencial doméstico no remunerado que pesa sobre muchos hogares. Si bien es importante apoyar económicamente e incluso compensar el trabajo asistencial doméstico, también es necesario ofrecer fuertes incentivos para mantener a las mujeres en el mercado de trabajo. Así, las Presidentas de Parlamento coincidieron en sus debates en que el trabajo asistencial doméstico no debe ser considerado únicamente como un trabajo de mujeres, sino que debe ser compartido por igual entre hombres y mujeres.

Los participantes reconocieron que la diferencia salarial entre hombres y mujeres resulta de una suma de diferentes factores, entre otros, las expectativas culturales sobre el cuidado de personas. Incluso en situaciones en las que tanto las mujeres como los hombres trabajan a tiempo completo, es más probable que la mujer dedique más tiempo al cuidado de los niños o a las actividades domésticas. Esto incide en la probabilidad de que una madre consiga un ascenso frente a un hombre, y a partir de ahí su potencial de ingresos es distinto. No puede haber igualdad en el trabajo si no hay igualdad en el hogar.

Así, las Presidentas de Parlamento debatieron sobre los esfuerzos urgentes y concertados para transformar las expectativas tradicionales relacionadas con los roles en la familia en un pensamiento que considere que el trabajo doméstico es un trabajo de hombres y de mujeres por igual. Además, hay que poner en marcha políticas que incentiven tanto a las mujeres como a los hombres a compartir la carga, mediante licencias parentales remuneradas y ayudas a los hijos.

Además, las Presidentas de Parlamento hablaron de la necesidad de contar con regímenes de protección social universales y con perspectiva de género. En la actualidad, el 60% de las mujeres no están amparadas por ningún tipo de protección social. La protección social es un aspecto integral del debate sobre el crecimiento económico y la igualdad de género. Para muchos de los participantes, no hay mayor discriminación que la exclusión del sistema de pensiones y de la seguridad social.

Estas conclusiones están en estrecha consonancia con las alcanzadas por las parlamentarias en abril de 2021, cuando la UIP celebró un diálogo interparlamentario sobre la recuperación con perspectiva de género después de la COVID-19 centrado específicamente en el empoderamiento económico de las mujeres.

Para las líderes parlamentarias, lo que se necesita es una transformación de la economía con un prisma feminista. La crisis de COVID-19 ofrece una oportunidad para la transformación y para dar un mensaje claro de lo que es preciso cambiar. Es deber de los parlamentarios liderar la transformación feminista de nuestro sistema global, la justa asignación de los recursos y la igualdad de oportunidades en la economía. Y las Presidentas de Parlamento están dispuestas a liderar el camino.